
GEOMETRÍA Y CONTRASTES
La geometría y los contrastes son dos potentes símbolos de estilo Cartier que se apoyan en la arquitectura trabajada a partir de efectos de simetría y asimetría, paralelismo y perspectiva por un lado; y en la fuerza de los intensos contrastes cromáticos multiplicados por Cartier por el otro.


LA PULSERA RED CHROMIE, 2017 EL ANILLO ORIENPHONIE, 2018


BROOCH, 1904 CARTIER COLLECTION

BROOCH, 1925 CARTIER COLLECTION





La combinación de rojo y negro se interpreta en una amplia gama de matices: los tonos soleados del coral, los luminosos de la rubelita o los intensos del rubí. El negro del ónix o de la laca subraya los contornos o los volúmenes, genera efectos de sombra y aporta ritmo.

La combinación de verde y negro apareció por primera vez en la década de 1910, y se generalizó a medida que Cartier investigaba la pureza de las formas y la sobriedad del diseño. El ónix se impone, enfatiza, genera relieve y aporta profundidad hasta convertirse en un elemento recurrente del periodo art decó.

ROJO, VERDE Y NEGRO
La combinación de verde y rojo es frecuente en el repertorio de Cartier: la esmeralda o el jade se combinan principalmente con el coral o el rubí. Como contraste, la Maison añade ónix, laca o esmalte negro para destacar los motivos geométricos e iniciar juegos de perspectiva.

ROJO, VERDE Y NEGRO
La combinación de verde y rojo es frecuente en el repertorio de Cartier: la esmeralda o el jade se combinan principalmente con el coral o el rubí. Como contraste, la Maison añade ónix, laca o esmalte negro para destacar los motivos geométricos e iniciar juegos de perspectiva.

ROJO, VERDE Y NEGRO
La combinación de verde y rojo es frecuente en el repertorio de Cartier: la esmeralda o el jade se combinan principalmente con el coral o el rubí. Como contraste, la Maison añade ónix, laca o esmalte negro para destacar los motivos geométricos e iniciar juegos de perspectiva.

ROJO, VERDE Y NEGRO
La combinación de verde y rojo es frecuente en el repertorio de Cartier: la esmeralda o el jade se combinan principalmente con el coral o el rubí. Como contraste, la Maison añade ónix, laca o esmalte negro para destacar los motivos geométricos e iniciar juegos de perspectiva.
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Llevando aún más lejos el espíritu pionero de la Maison, Louis Cartier apuesta por la combinación de azul y verde, colores considerados incompatibles durante mucho tiempo. Lo que él llamaba su "motivo pavo real" hoy es un sello cromático de Cartier.

Con frecuencia, Cartier añade combinaciones cromáticas inéditas a las más emblemáticas. A partir de los años 30, impulsadas por Jeanne Toussaint, la entonces directora creativa, las joyas combinan indistintamente piedras finas y preciosas. La amatista, el aguamarina, el citrino o el peridoto ocupan su lugar junto a los diamantes, rubíes, zafiros y esmeraldas. Este gusto por conjugar todo tipo de materiales se ha convertido en una firma estilística de la Maison.



