EL SAVOIR-FAIRE RELOJERO
Poner la técnica al servicio de la estética es el principio creativo de la relojería Cartier. Un rigor que va unido a una curiosidad sin límites.
Cambio de escala para miniaturizar el Baignoire conservando su icónica forma ovalada y sus proporciones exactas. Un desafío tanto relojero como joyero.
Para servir a la belleza, Cartier ha dominado todos los savoir-faire hasta tal punto que ha hecho que se desvanezcan. Detrás de sus icónicas estéticas relojeras, todos sus colaboradores despliegan el mismo nivel de excelencia, imperceptible y esencial.
Para Cartier, la forma es el punto de partida de todas las creaciones relojeras: el dominio de las líneas dicta la elección de la técnica.
Un reto de savoir-faire que consiste en estructurar el conjunto, desde la forma de los eslabones hasta la de la caja en miniatura, cuyo cristal tallado con dieciséis facetas acentúa la fuerza.
Ir un paso más allá, superar los límites de la creatividad, cuestionar: la innovación está en el corazón de toda creación. Este impulso emblemático de la Maison preside el nacimiento de espectaculares relojes que expresan la visión del tiempo de Cartier.
Integrar un esqueleto automático en la caja del reloj Santos sin modificar las proporciones. Y, de paso, adornar la masa oscilante con una réplica en miniatura de la Demoiselle, un avión precursor concebido por el piloto Alberto Santos-Dumont en 1907.
Conjugar técnica y diseño, esa es la apuesta de este espectacular reloj que combina una arquitectura generosa con la exquisitez de su pavé. Una creación inédita que invita a jugar con el tiempo.
Los relojes joya Cartier son un encuentro entre el arte de la joyería y el arte de la relojería. Trasladar la meticulosidad de la joyería a la escala de los relojes es una proeza que multiplica por diez el resplandor y el magnetismo de estas creaciones.
Depurar la silueta del reloj Tank Française para que la caja y el brazalete fueran indisociables: este es el desafío relojero al que se enfrentaron los estudios de creación y la Manufactura.
Para desafiar los límites de la gravedad, Cartier ha combinado dos de sus firmas relojeras en torno a la Masse Mystérieuse: el esqueleto y el misterioso movimiento, que desde 1912 hace girar las agujas en el espacio vacío de la esfera.
¿Y por qué no crear un reloj flexible? Partiendo de una forma integrada en el repertorio relojero de Cartier —el reloj Coussin— y confiando en el estudio de creación. Flexible, con pavé y espectacular: el reloj Coussin nunca duerme.